Pasillos oscuros iluminados solamente por la densa inmensidad de tus ojos, bellos, puros, exultantes de una frialdad arrebatadora que destroza los innumerables pedazos rotos y esparcidos alrededor, de esperanza.
Esperanza que extingue ríos enteros de lágrimas, derramadas tal vez el día anterior al de mañana.
A lo lejos se escuchan fuertes y desesperados latidos que se enorgullecen con nuevas pasiones. Nuevas palabras y colores que iluminan aún mas el cielo, y derrotan con pocos besos, la opaca y oscura soledad de sus habitaciones.
Ignacio Leal Parejo
1.999
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