Cuando la mente se duerme entre recuerdos,
disminuyendo ansiedades y dolores,
tu faz se dibuja en tonos claros,
en perfecta y acompasada melodía,
a pesar de brumas y meas culpas,
de lo que pudo ser y no fue,
y se presenta como tu copia exacta:
bonito, como cuando pequeño,
bonito y dulce, mi niño.
Día a día te mantienes conmigo,
mas y mas, presente,
en cada sonrisa que recibo y brindo,
como para ratificar sin tontos regodeos
la transmisión de tu alegría
mas allá de temporalidades perpetuas,
de injusticias, de dudas,
de melancolías en mi cuerpo adheridas.
Retomo tus palabras juveniles:
Yo quiero diseñar, dibujar armonías,
Crear como los genios crean.
Y arquitecto de bendiciones has sido.
La enfermedad dictó sentencia inapelable.
Y nada pudimos hacer …
Perdimos batallas y guerras ,
en esa absurda y cruel lotería ganada.
Y tú... bondades y dulzuras brindabas.
Aprendí de tu paciencia, tu humildad.
Ese ver mas allá de los ojos, profundo.
A valorar pensamientos exuberantes, locos.
La estética del alma.
Filosofía, sencillez, sensibilidad sensible,
todo el tiempo sin tiempo.
Contento por contento, poesía.
En este impensable aniversario,
a dos años sin tí...
me corroen, insensibles y certeros,
esos sueños de planes inconclusos.
Llanto y frustración, que me atacan en calma.
Soledad de hueco en corazón y alma.
Mas...consuelo encuentro en los recuerdos felices,
la multiplicación de amor a los que amaste,
prodigado en votos de generosidad y entrega.
1 comentario:
Ingrid, te mando un millon de besos hoy para que los recibas ayer, que seguro que en nuestro caso es posible, ya que posible es que se hayan ido nuestros hijos.
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