NACHO

NACHO
feliz cumpleaños 2006!

lunes, 29 de septiembre de 2008

DIECIOCHO MESES


Nostalgia, asombro, expectación.
Sentimientos reprimidos,
estériles meses,
carga inútil,
desazón y culpa,
mente vacía que cabalga sin rumbo,
cansados hombros que soportan la duda.

Preguntas y respuestas sucesivas
aumentan decibeles de rabia y desconsuelo.
Hay que ser generosos, me repito.
Mientras tanto, la cabeza cavila,
los por qué atenazan y acuchillan...
Alrededor pululan frases hechas y bonitas:
"él está mejor que tu" repetido hasta el cansancio.
Ley de vida, dicen, ¿ existen leyes para eso?
Acostumbrarse, aceptar, seguir viviendo.

Pensar en ti, Nacho, es natural y es alimento,
pero lo es tambien que venga el miedo.
Temor a que tu faz trastoque en humo,
a no verte mas en el imsomnio.
A no sentirte en mis sueños.

Dieciocho meses, suficiente tiempo,
demasiado para un castigo cruento,
hacia una madre triste  que quedó vencida,
sin lágrimas, sin argumentos.

Piernas temblorosas,
hombros doblegados
bajo el peso del por qué.
Fé expuesta cual retrato colgado
en la pared de las dudas.

Dieciocho meses, Ignacio.
¿Cuánto faltará por recorrer?.
Piedras oscilantes y filosas,
rodean la esperanza, vistiéndola de heridas.
Un corset quita el aliento y aprieta los pulmones, 
¿hasta cuando?
Ya no sé...


Dieciocho meses, Ignacio.

lunes, 8 de septiembre de 2008

La Inmensidad

Si a estas alturas alguien me preguntase como me siento respecto a la ausencia física de Nacho, diría que es un cambiante carrusel en el que me encuentro; en esas pistas rápidas de los parques temáticos en donde en un momento uno está en la cima a una velocidad tremenda, y luego, con mayor velocidad aún, baja el carrito llevándonos y dejándonos practicamente sin pensamientos y la cabeza aturdida y muchas alas de mariposa batiendo en los oídos, haciéndonos pensar que la cabeza va a estallar o algo parecido.

Alguien me dijo en estos días, y me lo apropié, que "cuando alguien parte de este mundo, lo único que los que nos quedamos dolientes en esta vida podemos hacer es mantener su memoria presente en nosotros, como el mayor homenaje".

En cierta forma la idea del blog es esa, mantener la memoria de Ignacio viva y presente en los corazones de quienes lo tuvimos cerca. No es la única razón de existencia de este blog, pero sí una de las mas importantes...

A veces, los objetivos aparecen lejanos y distantes, porque dependen de tantas variables, de personas ajenas y vivencias que se entrometen. Lo único cierto es que el amor se mantiene intacto.
Ignacio fué para mí la realización de muchas alegrías, en el bebé mas pequeño, el hijo último de la fila, a veces último en pedir, pero siempre el primero en ofrecer, dar, regalar, repartir...
Y no somos conscientes... y después: la angustia de no haber sabido entender las señales.

Se comprende tarde, se tarda en entender. A veces cuando ya no se pueden realizar los anhelos.

Sinembargo, Ignacio logró en su corto paso por esta tierra difícil y deshumanizante, llenarnos de inquietudes, de preguntas, de excentricidades, de pensamientos bellos y buenos.
Esa fué la mayor esencia que nos dejó impresa en el alma.

La culpa existe siempre, presiona las sienes, nos vuelve enanos... Si hubiera hecho esto, si hubiera dicho, si hubiera... si hubiera...

Por culpar, siempre se encuentran las culpas y los culpables.
Se llega a entender que nadie es omnipotente. Menos aún yo... la que menos...

Demasiadas enseñanzas en tan corto tiempo. Lecciones de humildad, de microbiología -¡somos microbios ante la inmensidad del universo! -

Lo que hubiese podido lograr Ignacio en esta vida, sus sueños, ser arquitecto... casarse, tener hijos... Es un taladro que intenta destrozarme la esperanza. No hizo, no tuvo, no pudo.
Mas, ¿ es este mundo imperfecto importante? ¿tanto como para aceptar chantajes, paliativos, remiendos por vivir?

Mi creencia en una vida mejor mas allá de cualquier estrella o planeta, o galaxia potente y atemorizante, me hace sufrir menos, esperanzada en que Nacho está con Dios. En la inmensidad... donde pertenece...


Ingrid P.