NACHO

NACHO
feliz cumpleaños 2006!

domingo, 31 de agosto de 2008

NACHO Y GABI



En el día de graduación de Gabi

sábado, 30 de agosto de 2008

Ignacio


IGNACIO

ENCONTRÉ ESTA FOTO: ERES TAN TÚ ALLÍ...

SOUNDTRACK DE AMELIE

http://www.youtube.com/watch?v=RD3WwM6l1J0&feature=related

Amelie.

Cuantas veces viste esa película? muchísimas.
Aquí está una de las canciones que mas te gustaban de Amelie.
Tan dulce y bonita como tu alma... y como tu.

sábado, 23 de agosto de 2008

lunes, 18 de agosto de 2008

HOY ES DIA DE FIESTA, 18 DE AGOSTO


Es día de fiesta, como todo cumpleaños.
Cuarto de siglo, entrada a la adultez.
Madrugada del dieciocho, caluroso agosto,
sin aviso, los dolores de parto me brindaron,
el regalo anticipado que me mantenía expectante:
un pequeño bebé de asombrada mirada,
piel de aceituna, pelusa negra,
sonrisa eterna, ternura a borbotones.
Promesa de logros y aventuras…
Feliz Cumpleaños Nacho.
Hace veinticinco años nacías,
hace año y medio te extraño,
y en mi corazón, día a día,

en mi existencia cansada,
te siento.

Tu mamá
18-08-2008

miércoles, 13 de agosto de 2008

Nacho bebé


Carita de luz, tiernos deditos de manos inquietas, bebé bonito que reposas en mi memoria y en mi alma de madre.

martes, 5 de agosto de 2008

MI LUGAR

¿Cómo me llegué a cansar tanto caminando tan poco?, creo que será la pregunta eterna, bueno, al menos una de muchas eternas interrogantes que conviven conmigo cada noche que muero y luego en mi normal renacer.
Solía descansar horas en esta piedra. Recuerdo que una vez vine de la playa y cargando dos botellones llenos de pura arena, la mas blanca que veía en muchos años, y allí al lado de la piedra, o de mi piedra (porque hasta posesivo me he vuelto) la esparcí, y comenzó a nacer mi espacio favorito.
No hubo día en que al salir de clases, no fuese directo y sin pataleo, en mi auto destartalado, cargado con mi cajetilla de cigarrillos y uno que otro dulce, a la piedra de los pensamientos buenos. Se hacía de noche cuando me marchaba del lugar.
Desde y encima de esta piedra viví mucho, cosa que destruye muchas teorías de personas que hablan de vivir sólo cuando se encuentran en diferentes países o acompañados de diferentes personas. Recuerdo incluso que alguien llegó a decirme que el "vivir" verdadero era cuando uno se haya en otra dimensión, en la de la pipa de madera ochentosa con lentejuelas de colores y mediante la inhalación de un "humo dulzón y adormilador". A ese amigo de la pipa colorida , como previsión, le rechazaba sus invitaciones high, mas él de vez en cuando aceptaba las mías a conversar largo en mi lugar favorito.
No sé cuando me volví tan posesivo, y realmente tampoco sé por qué me encuentro tan cansado, me imagino que todo vendrá del mismo sitio: Ana Patricia De León De los Campos Prados. Nos conocimos tantas veces... Hasta pensé que nos encantaba conocernos.
Un día, después del enésimo "encantado(a) de conocerte" en no menos de veinte salones de clase - porque no he comentado que estudiábamos la misma carrera-me dijo: "llévame lejos, siempre contigo".
La noche siguiente recordaba riendo lo que Ana Patricia De León De Los Campos Prados me había dicho acerca de que la llevara muy lejos, entre tantas cosas que hablamos, y fué en ese instante en que reparé en "lo que me había dicho realmente", justo cuando me encontraba leyendo una hoja a rayas con unos garabatos que pretendían ser un poema. Mi cara no traslucía nada, pero me asusté un poco.
Esa fué la primera vez que -un-nombre-tan-largo- se sentó en mi sofá-piedra, a sus piés una alfombra playera de arena brillante y la vista panorámica tan hermosa ante sus ojos.
Ana Patria De León De Los Campos Prados hubiese sido una excelente modelo en ese momento, su expresión dulce y bondadosa.
Fueron dos los cigarrillos encendidos esa noche... y fué mas mía en esas horas de anécdotas y manos agarradas que de ella misma. Me lo dijo muchas veces con sus grandes ojos marrones y su boca bien cerrada.
Ahora me doy cuenta que me dolió tanto cuando se fué, porque la sentí en mi vida más que mi propia vida. Recordé el cuento aquel del perro de un científico famoso que moría de rabia después que sonaba una campana, hacía todo tipo de peripecias, y su dueño nada le daba, ni una galletita como premio a su labor.
Yo era como ese perro, esperando un regalo de amor de Ana Patricia De León De Los Campos Prados, porque había jurado llevarla lejos.
Mi amigo, el que me hablaba del "vivir", me aconsejaba: "No se ama tanto a una mujer". "Son muy adictivas". El hecho es que se fué. Ana Patricia De León De Los Campos Prados se fué, sin postdata ni epitafio.
Y no pude volver a mi piedra con piso de arena, techo estrelladísimo y ceniceros temporales inundados de recuerdos, míos y sólo mios. Ya pertenecía a ella ese lugar.
Y así ha pasado el resto de mi vida, como en estas letras cortas, rápidas. Seguí adicto al recuerdo de la peliverde muchacha "De Los Prados perdidos" y después de tanto y tan poco, aún puedo encontrar arena a mis pies cerca de la piedra que era mía.
Tengo pensado apoderarme de la vista panorámica, de la mitad de mi ciudad, del techo constelado y del recuerdo de la mismísima Ana Patricia De León de Los Campos Prados, para que vuelva a sentarse a conversar en la roca amiga y me ame, como yo quería.
Ignacio Leal Parejo